Una vez tomé 2 maletas y
empaqué para hacer un largo viaje, no solo recorrí kilómetros de tierra, si no también
por experiencias, alegrías, vivencias y penas. Sentí las manos más cálidas en
mis dedos y recorrí con ellas cada ruta de este camino. En mi búsqueda conocí a
tantos viajeros como yo, viejos, jóvenes hasta gringos y un español. No sé a dónde
pararé, pero con certeza mis manos seguirán
entrelazadas con esas manitos, siempre calentitas y cada día menos pequeñas.
Alguna vez en ese viaje, lloramos, reímos, peleamos, amamos. Y aunque pensé que
habíamos encontrado el lugar para quedarnos para siempre, la vida, los errores
y hasta el destino, me demostraron que nuestro viaje aún le queda muchos
destinos.... Jazmín.
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