El Niño Ivan

Nació el mismo día que el cumpleaños de su madre, de ojos Grandes y pestañas largas, tenía una estrella en su brazo derecho y el cabello liso y castaño. Nunca se sabe lo que está pensando. La mirada se le pierde y de repente achica sus ojos y dice lo impensable.

Su profesora es una mujer pequeña y amable que para evitar que Iván se distraiga, le esconde el estuche, porque con sus  lápices construye cometas, explora  el espacio, lucha contra dragones y salva princesas. Cuando  la profesora intenta una vez más explicar las tablas de multiplicar, los dedos de niño Iván ya están en Venus y su cabeza  en Júpiter.  Todos miran con gracia las manos del niño, que nunca se sabe dónde está, a todos parece agradar los sonidos de su imaginación convertida en efectos especiales.  Dicen su nombre más de tres veces  y no es porque sea sordo, no descortés, es tan solo que nadie puede bajar del cielo a la tierra tan rápido, porque niño Iván tiene su mente más allá de las nubes, más   allá de las estrellas.

Todo para él es un compromiso de Honor y no hay promesas que no se cumplan, ni desafíos que abandonar. ¿Para qué tomar el camino fácil cuando se tienen habilidades? Porque nació para esta tierra para regalar con su sonrisa incomprendida un mundo mágico Galáctico, con sus ojos brillantes e iluminados perdidos quizás en qué lugar, con sus manos siempre Inquietas y con su corazón con un gran don.