martes, 19 de abril de 2011

Erotismo de Invierno


 
Ella llego cansada 
a su pieza, viajo  durante 2 horas en bus para llegar a su casa y tomar una ducha  reparadora, su cuerpo helado y cansado era recompensado con el agua caliente que recorría sus muslos, su cuello y su cintura. En su mente rondaban recuerdos, penas y alegrías que vivió durante el día, preguntas sin resolver que hacían que su mirada se viera más cansada de lo que estaba y quizás el recuerdo de él, recorriendo sus pudores en una cama de plaza y media. La ducha no podía enfriar sus recuerdos y el curso del agua caliente hacia recordarlo con más deseo que cariño. Hace dos semanas  que no se recorrían el uno al otro, y ella aprendió en ese lapso a no extrañarlo  más bien recordarlo. Eran inútiles las llamadas telefónicas, jamás sería ella sin el cuerpo masculino, mezclado y enredado al  rededor de sus sexos húmedos  y exigente. 
Ella se había resignado  a su ausencia  y junto con su cansancio, no le quedo más remedio que  dormir un viernes  por la noche. Ella soñaba con lo cotidiano del alma humano, despreocupada de sus recuerdos, rendidas ante su nostalgia, no sospecho que en ese preciso momento pensaban en ella, la deseaban  y probablemente como ella, también la extrañaban.

   En  posición fetal  estaba cuando escuchó  entre sus sueños y la realidad un teléfono que sonaba cerca de las veintitrés horas y media, ella por inercia tomo su celular y cuando vio la pantalla, se encendió en su vientre un fuego que se esparcía por sus entre piernas, y aún dormida contesto intentando sonar lucida y cuerda, la pregunta fue corta y su respuesta fatal, en diez minutos  más tarde se desataría un nudo de anhelos corporales que se había extinguido durante dos semanas. La espera fue larga e impredecible, las preguntas eran eternas, el deseo nervioso, y el tiempo real tan solo diez minutos.


Solo bastó con escuchar el motor de su auto para que en sus manos se hospedaran  el sudor, espero como costumbre que sonara su celular para que  protocolar mente le avisara que estaba esperándola. Cuando salió a la calle a abrirle el portón de su casa, el aire era tan frió como in tempano, y ella solo vestía su camisón de franela, lo que hizo que sus labios se tornaran de un tono morado y que sus pezones se erectaban, cuando se abrió el portón y se encontraron sus miradas, la urgencia de estar  dentro  el uno del otro  se volvió una prioridad, no alcanzo a cerrar con llave ni a saludar si quiera , las lenguas de ambos tenían el fuego que parecía haberse apagado durante dos semanas , el enredo de sus lenguas y sus manos exploradoras y aceleradas de ambos, llegaron rápidamente a su habitación, ella revoloteaba su cabello , el apretaba su cintura, exploraban con prisa  cada parte de sus cuerpos, el corazón de ambos parecía estallar contra la fricción de sus ropas inútiles. El en cuello de ella se podía escuchar el respirar acelerado y excitado de él, rápidamente llevó sus manos a los muslos femeninos y el alzo a la altura de su cadera, la arrincono contra la pared, presionando sus senos, lamiendo su cuello. Ella con sus pezones en punta, reacciono con un débil gemido que escapó de su voz  como el viento frió de la mañana. Ambas manos moldeaban sus sexos húmedos, las prendas quedaban en el suelo al igual que la cordura, los besos dibujaban siluetas ardientes en el frió de sus corazones y empañaban mente y vidrios por el gran ventanal. El culmine deseo por él, acariciando los hombros de su cómplice que besaba lentamente su pecho, descendiendo  por sus abdominales empapados de deseo y sudor, su boca lentamente bajaba de manera insinuante, sus ojos abiertos de par en par brillaban de rodillas a su erecto sexo, rígido , duro, apuntaban al círculo vicioso de los besos de ella, transformaban sus ojos en estrellas y su boca en anillo, esta vez los gemidos fueron suaves gritos contenidos, de su boca entraba y salía la humedad de su miembro, la lengua lo abrazaba, lo lamia, lo aprestaba, una y otra vez, hasta tomarlo con las manos, exprimirlo con su lengua, taparlo hasta el rincón más inhóspito de la profundidad de su boca, embriagados del éxtasis de sus cuerpos, llegaron a la tan conocida cama, esta vez el ritmo había cambiado, los ojos se buscaban, las caricias eran suaves y lentas. El tomó su cuello para adornarlo con delicados besos sumí húmedos, ella alzaba sus caderas al cielo al cielo, quizás  en señal de ofrenda, tal vez en de petición, todo dependía de la interpretación.


Entre las sabanas color Calipso, el abría paso con sus besos entre las piernas mojadas de ella, hasta hacerla volar en medio de libélulas reposando en su vientre, hasta hacerlas aterrizar en una cima erecta y dura, ambos  sostenían una armónica  sintomática de movimientos, vaivenes  que destechaban fuego, ella arriba de él, galopeándolo, topando hasta el fondo del cuerpo  del uno al otro, dejando ver la contradictoria figura de poder, en un menudo  cuerpo femenino. A contra luz se distinguían  los masculinos ojos otoñales, su muda expresión de cuerdas vocales, todo lo que necesitaba saber ella, lo veía en sus ojos, en sus manos, sus labios a medio morder. Cuando el galope cesó, el tomó sus caderas para ubicarlas a espaldas de ella, y entro y salió por su vagina como un intruso explorador, llenándola de placer, de un orgasmo intenso y duradero, su desenfrenado deseo explotaba dentro de ella, dándole la espalda, el cuerpo y el alma.
 
Jazmin.

4 comentarios:

  1. Después de Mucho tiempo Guardado en mi Pc decidí compartir con mucha humildad y orgullo mi primer cuento erótico, con especial cariño a todos quienes disfrutamos de la vida en todas las magnitudes de la piel y del alma.

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  2. la suavidad y claridad con que resaltas las cosas me impresiona , me encanto eres nata en esto. se que no sere el primero en leerlo habran muchos , ya que me parecio epico todo el escrito.
    suerte

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  3. Amiga, te pasaste eres una ídola escribiendo!

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  4. amééééééééééééééé se me pararon los pelos!!!!!!!!!! eres una talentosa jazz!!!!!!!!!!!!

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