sábado, 4 de agosto de 2012

Me importa un pico el sexo débil.


Me entro esa curiosidad, ese morbo, ese placer culpable que le entra a uno al cuerpo, de vez en cuando me asomo a tus ventanas, para ver si has cambiado en algo, si tanto odio y daño lograron por convertirte en un hombre feliz, aun se ve foto ridícula que un día me hizo reír y quererte, porque aunque suene bizarro o cínico, ni el cariño ni el afecto se salvó del libre albedrío. No se de ti hace tanto tiempo, y la verdad es que es un alivio para mi conciencia darme cuenta que rechazarte no era un pecado, si no una bendición, un analgésico para el cáncer que se convirtió conocerte y creer que el hecho de rechazarte me hacía una puta, ordinaria, perra, mentirosa....Que bueno es saber que no es mi culpa que no te hallan enseñado a respetar a las mujeres y que no eres quien para señalar con el dedo y decidir que mujer es buena o mala, decente o indecente, puta o señorita...que más da... no me justificaré en que nos deben respeto porque somos quienes abrimos las piernas para traer a cualquier ser humano que viene en el mundo...no, porque eso es parte de la naturaleza, la misma que hace que corra más sangre en tus testículos que en tu cerebro. Soy tan orgullosa de ser mujer como lo sería si me hubiese tocado ser hombre, el respeto que nos debemos, es indiferente si somos hombres o mujeres, si somos perros o gatos, este mundo funciona a base del respeto y al amor. No existe el sexo débil, solo existe la mente enferma.

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