Míralo jugar, mira como habla con su trozo de madera convertida en majestuosa espada futurista, míralo con atención, con lujo y detalle. Toma una decisión, abandónalo de una vez por todas, déjalo todo, toma tu maleta, quema tu ropa, libros, contratos, memorias. Busca un techo y mira las estrellas, toma tu larga cabellera y corta hasta que seas otra persona, que nadie te conozca, vuelve a nacer. Esta vez sin ley ni madre, gánate la vida con tus atributos, estoy seguro que estas harta de regalarte por ahí por un poco de afecto, migajas de cariño, solo una buena adquisición.
Esta vez la entretención de tu cuerpo tendría un valor determinado, todo estimulado y cobrado por hora. ¡No me mires así! No te espantes como si últimamente no hayas pensado que tu sexo no tiene importancia, como si no pensaras que tu cuerpo no es más que un accesorio que corona lo superficial.
¡Mírate! Hazlo una vez más, trata de encontrar el brillo de tu libertad, vuela lejos por que naciste para ser libre, para ser incógnita y melancólica. Anda y ve por la soledad que adorna tan bien tu soberbia , que te viste tal cual fueras un disfraz. Luego llora, no lo haces un buen tiempo, extraña, valora, vuelve a sentirte miserable, para volver probablemente a los brazos del pequeño héroe de la espada futurista.
wowwwwwwwwwwwwwwwww que intensa que eres Jaz, se me paran los pelos cuando te leo
ResponderEliminarme encanto jazz... un besote amiga bloguera :)
ResponderEliminarLa realidad de varias...
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