Fue inesperado, como casi todas las cosas que me suceden. Solo me levante una mañana y en mi cabeza tu ya no estabas. Me arme de valor, lo arme con tus ofensas, con tu desamor, tu frialdad. Hace tiempo que dependía de tu cariño, besos, atención, solo que ahora me quede en medio de un epicentro de sentimientos.
Un día desperté sintiéndome nada y mis ojos no pudieron mirarte sin sentir odio. Mi mente se ha ido lejos, pero se que cuando vuelva quizás te extrañe. Estoy a solas con mi corazón, he exiliado a mi cordura, que se marche lejos y por mi que nunca regrese, que Mande Fruta como dice el Dicho.
En este epicentro libero mi alma, mis culpas, miedos, los tenía encerrados bajo Siete llaves: Familia, Amor, Cariño, Ternura, Estabilidad, Alegría, Confianza. Llaves que se hicieron débiles con el tiempo, quizás no pudimos darles buena calidad, quizás los soldados de mi nostalgia regresaron a romper cadenas, detener lagrimas, despertar mis sentidos.
Fue inesperado; fue sin pensarlo, sin observar mis huellas, intentando no sentir culpas, Fue así que me marche y me lleve ese epicentro conmigo. Ya no estas en mi cabeza, te dejo con tus ofensas, con tu desamor, guárdalas o déjalas, ya no son mi obligación.
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